This is an Eval Central archive copy, find the original at triplead.blog.
Continuamos con el anterior post “La evaluación en tiempo real en emergencias” basado en un resumen que hizo INTRAC sobre el tema, y compartimos algunas ideas sobre cómo se ejecuta una RTE. Hay algunas características de las Evaluaciones en Tiempo Real (RTE) que pueden ser diferentes a las de las evaluaciones más convencionales. Algunos de éstas son los siguientes (ver Cosgrave et al. 2009, Polastro 2012, Herson y Mitchell 2005):
Las RTE ejecutadas por organizaciones a título individual generalmente se llevan a cabo durante cortos períodos de tiempo, como 2-3 semanas. Esto se debe a que la intención es proporcionar retroalimentación en tiempo real que pueda ser accionada de inmediato. Los RTE a menudo son ejercicios ligero que lleva a cabo un equipo de evaluación de entre una y a cuatro personas, básicamente un número lo suficientemente pequeño como para caber dentro de un vehículo, ahora con COVID incluso sin necesidad de vehículo (pero hay que añadir algo de innovación e imaginación). El equipo puede ser interno, externo o una combinación. Debido a que generalmente se llevan a cabo en intervenciones humanitarias, los RTE tienden a ser más rápidos, flexibles y receptivos que los tipos de evaluación más tradicionales.
En un RTE a menudo (1) no hay una línea de base y (2) no hay necesidad (o tiempo) de utilizar metodologías complejas de recopilación y análisis de datos. Las RTE tienden a depender de (1) métodos cualitativos como entrevistas, discusiones de grupos focales y observación, ahora (2) con COVID, todas esas herramientas han de pasar a “remoto”. Las encuestas o cuestionarios pueden ser difíciles de implementar debido a los cortos plazos. Por el contrario, la observación puede ser más importante en RTE que en otros tipos de evaluación y esto (la observación) es algo, de nuevo, en lo que deberíamos de innovar en tiempos de COVID.
Las RTE son generalmente participativas porque dependen de interacciones con múltiples partes interesadas, incluidos los beneficiarios previstos. El propósito y la metodología de un RTE generalmente están dictados por las circunstancias y son seleccionados por la organización en cuestión. Sin embargo, diferentes partes interesadas tienen un papel importante en la definición de cómo se puede mejorar una intervención y quién debe actuar para asegurarse de que los cambios sucedan.
Durante los RTE, a menudo hay (1) un mayor énfasis en el proceso que en el impacto y la sostenibilidad. Hay menos enfoque en la evaluación de impacto y más en el aprendizaje inmediato de lecciones. En parte como consecuencia, (2) existe una necesidad menos obvia de garantizar que los hallazgos sean “rigurosos”; es más necesario generar hallazgos de manera rápida y económica para garantizar que las respuestas se puedan realizar de manera oportuna. Nuevamente, esto tiende a hacer que un RTE parezca más un ejercicio de seguimiento que uno de evaluación, lo que (iii por fin iii) desdibuja los límites entre el seguimiento y la evaluación.
En un RTE, un informe de evaluación puede ser menos importante de lo que habitualmente son. Aunque es importante como un registro a largo plazo, y tal vez útil cuando se recopilan las lecciones aprendidas de muchas intervenciones, el enfoque principal de un RTE debe estar en las recomendaciones hechas (y las decisiones tomadas en cuenta) mientras la evaluación está en progreso. Siempre existe el riesgo de que cualquier informe final esté desactualizado para cuando se publique, ya que los eventos durante las respuestas humanitarias pueden avanzar muy rápidamente.
Fuentes
Cosgrave, J; Ramalingan, B and Beck T (2009). Real-time evaluations of humanitarian action: An ALNAP Guide. ODI, 2009.
Herson, M and Mitchell, J (2005). “Real-Time Evaluation: Where does its value lie?” Humanitarian Exchange, 32, pp. 43-45.
Polastro, R (2012). Real Time Evaluations: Contributing to system-wide learning and accountability.
INTRAC. Real Time Evaluation