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Esta semana de la evaluación GLOCAL, con el lema “Juntos, podemos ayudar a cerrar la brecha de M&E”, much@s evaluador@s van a presentar sus conocimientos, experiencias ideas, enfoques, avances, progresos, éxitos y fracasos.
Estos son algunos de los contenidos del video de presentación de GLOCAL:
- Un buen monitoreo y evaluación puede ayudar a que “nadie se quede detrás” (ésta es la hipótesis o teoría)
- Nos invitan a participar en el GLOCAL 2021, con el lema “construir mejor hacia adelante”. ¿Cómo el M&E pueden ayudar a las economías a recuperarse de la pandemia? (para mí el reto es ¿cómo construir “juntos”, de forma colectiva “hacia adelante”? para ello, quizás, necesitamos nuevos enfoques y formas de trabajar)
- Facilitan el intercambio de conocimiento de nivel local y global, que es un nivel importante para el desarrollo de capacidades en M&E. Esto fomenta la responsabilidad por los resultados y fortalece el aprendizaje y la rendición de cuentas. (sobre esto hablo en el resto del post, sobre los retos de esta teoría del cambio)
- El GEI reúne a los actores juntos para abordar la demanda de una mejor M&E (¿qué significa reunir? ¿significa gente hablando, l@s más osados sin power point, y la mayoría escuchando?)
- Glocal 2020 tuvo un gran éxito: 265 eventos, en 40 países, que alcanzaron a 55.000 personas (¿me pregunto cuál es el concepto de “alcanzaron a personas”?)
Sin duda esta semana es un hito, un momento y oportunidad muy importantes, únicos, para el intercambio de conocimientos y ampliar nuestras redes. Sin embargo de ahí a “Juntos, podemos ayudar a cerrar la brecha de M&E” hay un salto (¿en el vacío?).
Y es que la verdadera participación, la que le gusta tanto a mis amig@s de Evalparticipa, no es tan complicada, pero implica un esfuerzo adicional: Para un proceso colectivo como el marcado por los objetivos de esta semana de la evaluación hay dos retos: (1) el llenar esas brechas, analizando y priorizando, (2) analizar y priorizar de forma junta, de forma colectiva.
Mi reflexión: esos dos retos son muy difíciles con un formato como el de la semana de la evaluación actual. Y no me refiero a que el reto sea la distancia, ya que estos retos están también presentes en las conferencias presenciales, sino a que para lograr llenar las brechas y hacerlo de forma colaborativa, harían falta dinámicas de coordinación y facilitación estratégica diferentes: quizás con menos ponencias y más espacios con facilitación para la participación tanto de presentador@s, como de participantes. Corrientes relacionadas con el “Impacto colectivo” y las “Estructuras Liberadoras” están impulsando otras formas de trabajo conjunto / colaborativo, y están demostrando que es posible.
Como ejemplo, aunque me falta conocer y una comprensión más profunda del proceso para materializar el propósito y objetivo de esta semana de la evaluación, desde la semana pasada vengo recibiendo a través de las redes sociales multitud de llamadas, sobre todo individuales, para “determinados” slots “particulares” de la semana de la evaluación. Y para ser honesto, me ha creado la sensación de fragmentación, de falta panorama general, de falta de integración y unidad. Una imagen de “cada cual se hace su publicidad” (el marketing ahora vale más que el contenido). En este contexto de las redes sociales, con tanta potencialidad, pero también tanto peligro, porque puede primar la comunicación, la auto promoción, sobre el contenido o sobre el trabajo de fondo y colectivo, con el peligro de tender a la fragmentación y la dispersión.…un poco babel…¿Esto en detrimento “juntos, podemos ayudar a cerrar la brecha de M&E” (porque competimos para llamar una atención muy escasa o reducida, porque perdemos oportunidades de escucha activa a ponentes y participantes)?
Y aun siendo una semana super interesante, esta semana de la evaluación corre el peligro de morir de éxito, si pensamos que el éxito de la Semana de la Evaluación está en la cantidad y no en la calidad.
Y voy más allá, para indicar que tal cómo se presenta el programa de esta semana, es una metáfora de lo que está pasando en torno a varias iniciativas de evaluación y desarrollo de capacidades, que más que contribuir a la convergencia, priorización y acuerdos colectivos para el impacto colectivo, contribuyen en ocasiones a lo contrario. Además, subyace la idea de que cantidad y calidad de participación es lo mismo. Cuando la participación tendría que enmarcarse con el propósito de contribuir a un impacto colectivo y, para ello, la calidad del proceso es fundamental: la calidad de la participación, de la escucha, de la maduración de ideas, hacia la comprensión común y resultados conjuntos, claros y delimitados.
Mi experiencia es que los talleres son de una utilidad muy limitada, que para conseguir un impacto colectivo hacen falta (1) un diseño y un proceso muy claros, del que el taller es un hito (más), pero también (2) un gran esfuerzo de coordinación y facilitación antes, durante y después del taller (o conferencia).
En futuras ediciones quizás se puedan integrar formatos que aprovechen los aprendizajes de experiencias colaborativas como las relacionadas con las ya mencionadas “Impacto colectivo” y “Estructuras Liberadoras”. Estos enfoques podrían contribuir a una semana para construir “junt@s” y escucharnos de forma activa, hacia unos objetivos colectivos claros y delimitados: “Juntos, podemos ayudar a cerrar la brecha de M&E”