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Inspirado en el post “Principios metodológicos para diseñar evaluaciones de alta calidad” y en un taller reciente sobre “Estructuras liberadoras” en evaluación (en concreto de la estructura “Triz“), desarrollé en este post una tormenta perfecta, de cómo asegurar que un proceso evaluativo sea inútil, un fracaso, un infierno, una absoluta pérdida de tiempo y una pesadilla para l@s implicad@s. Aquí mis consejos para gestor@s de evaluación:
1.El evaluando nuestro enemigo a derrotar: Consideremos al programa y/ o equipo evaluado como como sujetos sospechosos, alumn@s díscol@s, siempre descontent@s e incómodos con ser evaluad@s, que siempre esconden algo y merecen un castigo. Tolerancia cero, nuestro objetivo es hacerles ver sus propias costuras que, además, son muchas.
2.El equipo evaluador, es@s importor@s. Desconfiemos del equipo evaluador, que por naturaleza son una élite aburridísima, malcriada y sabelotodo, pero que en el fondo están llen@s de prejuicios y ningun@ se libra del síndrome de dunning-kruger. Cuanto peor se les trate, más nos respetarán. Si hay que conseguir un cambio, que sea que los evaluador@s terminen con lo que se merecen, con el síndrome del/ la impostor/a.
3. A Nostradamus se le recuerda porque era un “oscuro”, nosotr@s no aspiremos a menos: No clarifiquemos el enfoque de la evaluación, no demos facilidades (al equipo evaluador), que para eso se les paga, y mucho, demasiado. Para nota: Tratemos de incluir algunas inconsistencias en los TdR para probar si l@s evaluador@s se los ha leído (si como de costumbre copiamos y pegamos los TdR la inconsistencia estará servida). Si alguien protesta le decimos que es una evaluación libre de objetivos, y si siguen protestando que es una “developmental” evaluación (y le miramos a los ojos y le decimos “porque lo dice Pattton”)
4. Más vale que sobre que no que falte: No adaptemos el diseño de la evaluación a las preguntas de la evaluación. Ah, cuantas más preguntas de evaluación más respuestas tendremos y (haciendo cálculos) más barata será la evaluación.
5. Minimax, o “lo quiero todo y lo quiero ahora”. Seamos ambiciosos (y eficientes): Mínimo precio y Maximicemos todo (a) maximicemos el alcance y la profundidad en evaluaciones multinivel y multi lugar (y todos los “multis” que se nos ocurran), (b) maximicemos las demandas de profundidad y amplitud analíticas, (c) ya que estamos, exijamos a los evaluadores peso además de calidad: todo muy explicadito, con un informe de 200 páginas (sin contar anexos), (d) de paso, calculemos la mitad de días reales de evaluación (como comentado, ya cobran suficiente est@s parásitos evaluador@s).
6. El mito de la participación: No importunemos a nuestros compañeros de organización. Si posible, evitar la participación de los usuari@s direct@s (los probres, con tanto taller y, además, ya nadie se cree esas mandangas de la evaluación). Convenzamos, la participación es otro de los falsos mantras: complejiza todo y en el fondo nunca tenemos tiempo o dinero para hacerlo. Además es un poco egoísta que los demás trabajen gratis para y por nosotr@s.
7.Lo anglosajón siempre vende: “Value for money“. Presupuestemos lo mínimo con máximo de tiempo, sin considerar si existen los datos o la calidad de los datos de partida (la evaluabilidad es una debilidad mental que se ha inventado alguien realmente retorcido: ¿hacer la evaluación antes de evaluar?, un lujo, vamos, que no está a nuestro alcance)
8. Algo que sí ha cambiado: la teoría del cambio es historia, está ya pasada de moda (de hecho nunca estuvo realmente de moda): Para qué mencionar los enfoques basados en la teoría, si luego nadie los utiliza para el análisis y comunicación. Seamos modernos y nórdicos: adornos los mínimos.
9.Seamos “casual”, sorprendamos con nuestra audacia: Licitemos la evaluación en y con el menor tiempo posible (si es “para ayer” mejor). L@s mejores evaluador@s están siempre disponibles, para hacer nuestra santa voluntad.
10.Terminemos como empezamos, uso garantizado: Después de tanta caña inicial, el equipo evaluador sabrá lo que se hace, el informe no hará falta revisarlo, ni validarlo (con un poco de suerte nadie se habrá enterado de la evaluación y tampoco habrá muchas quejas)…el uso es otro gran mito, del que hablaremos otro (gran) día.
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..a pesar de todo, esperemos que oh tú, evaluación, sigas reinando, no podemos vivir sin ti…no hay manera…