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Un interesante artículo sobre el estado de la evaluación en España: ¿Quién mide el impacto de las políticas públicas? El otro gran déficit de España: evaluar la gestión de Isabel M. Ruiz
Algunas reacciones y apuntes al artículo:
1.Aparece claro ese mantra que en la comunidad evaluadora repetimos y repetimos como plañider@s, pero sin aparente avance: “España sufre una falta de cultura evaluadora …y sigue siendo una asignatura pendiente.”
2.Pero este mantra o frase parece que es contradictoria con la siguiente frase: “La exigencia ahora es máxima; ni la sociedad ni los organismos comunitarios van a darse por satisfechos con el mero hecho de “hacer cosas” de cualquier forma y con cualquier resultado.”
La falta de cultura evaluadora tiene su origen no en la falta de voluntad política, sino en la falta de capacidad de la sociedad para pedir rendición de cuentas (eso hace que los políticos no tengan incentivos otros que no sea hacer su voluntad partidista, sectaria o personal, en su “juego de tronos” habitual)
3.La evaluación y la cultura de evaluación son de difícil aplicación si no existe un marco de rendición de cuentas que lo faciliten: recordemos la necesidad de “responsabilidad, exigibilidad y evaluabilidad” en el post La evaluación busca responsabilidad
Así, bajo esos marcos de rendición de cuentas se dan/posibilitan las evaluaciones de la Comisión Europea (Fondos Europeos) y, en general, de los fondos de la Cooperación al Desarrollo (AECID/DGPOLDES, NNUU, Bancos…): otra cosa es que realmente sean útiles y sirvan para aprender/mejorar (la utilidad es otra historia a contar en otro momento)
4.En esta línea coincido con lo que indicaba el actual ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá en su anterior papel de presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), reivindicó en varias ocasiones el “déficit evaluador” de las políticas públicas como consecuencia de una “falta de cultura de rendición de cuentas, de asunción de responsabilidades y de transparencia”.
5.Los motivos por los que esto es así son diversos:
- “con un desarrollo tardío de unas instituciones democráticas donde cobra todo el sentido la existencia de la evaluación de políticas”. Daniel Catalá, presidente de la Sociedad Española de Evaluación
- “España siempre ha tenido una perspectiva legalista a la hora de enfocar los problemas. Nos hemos centrado en que la nueva política fuera acorde a la ley más allá de sus resultados, nunca ha habido un incentivo por parte de la administración para introducir una evaluación rigurosa”, Hugo Cuello, especialista en evaluación de políticas públicas.
- Los expertos enmarcan este aliciente en la falta de “institucionalización”, que requiere al mismo tiempo de demanda (voluntad política) y de oferta (profesionalización). Cristina Monge, politóloga y doctora por la Universidad de Zaragoza
Sobre esto último, la oferta y la demanda, dos apuntes finales:
-La demanda no debería surgir sólo de la voluntad política, sino de la exigencia de rendición de cuentas desde/hacia la sociedad (que moldeará esa “voluntad” política)
-La oferta se adecúa al desarrollo de la demanda, tanto en cantidad, como en calidad. L@s profesionales de evaluación español@s tienden a sectores que demandan evaluación (fondos estructurales, cooperación internacional…), y en muchos casos han de trabajar fuera de España…porque en España no hay demanda, en España no hay evaluación.
Bueno la pregunta, en lugar de seguir con nuestros cantos, mantras y lloros, como comunidad evaluadora ¿quién, cuándo y cómo, podemos contribuir a poner el cascabel al gato? ¿cómo contribuir a ese impacto colectivo aunque no dependa sólo de nosot@s?
Y Lenon (muerto hace 40 años a los 40 años) y su banda ya invitaban hace tanto a la revolución, empezando por cambiar nosotr@s mism@s…