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Encontré este post de mi colega y amigo Ewen Le Borgne, «3 lecciones aprendidas al planificar un taller con Estructuras Liberadoras». Aquí sus tres lecciones:
Lección #1 – Escuchemos las preocupaciones del grupo durante la planificación. Involucrar a partes del grupo en la fase de planificación da como resultado un proceso de taller completamente diferente, que contribuye funcionar mucho mejor que sin participación.
Lección #2 – Centrarse en el propósito antes que en la estructura: definir el propósito nos ayuda a mantener el enfoque en el proceso de obtener nuevas ideas y explorar oportunidades.
Lección #3 – Dedicar tiempo a las invitaciones para el diálogo. Con un logro deseado (propósito) definido y una Estructura Liberadora seleccionada para lograr este propósito, es hora de formular las preguntas que deberían desencadenar el diálogo necesario en el grupo, las llamadas: invitaciones.
Durante el proceso de planificación del taller, las invitaciones son un elemento clave de cualquier Estructura Liberadora. Una mala invitación dejará al grupo de participant@s confundido sobre qué hacer. Mientras que una buena invitación favorecerá inmediatamente el pensamiento y el diálogo.
Algunas especificaciones mínimas para la invitación: si a nosotros mismos se nos presentara esta pregunta, ¿nos inspiraría esto a pensar/hablar, y la conversación desencadenada iría en la dirección correcta para lograr el propósito? Esto nos ayuda a desafiar nuestras sugerencias de invitaciones y podríamos terminar dedicando bastante tiempo a las invitaciones.
¡El tiempo dedicado a las invitaciones está muy bien invertido!
Dado que las invitaciones son un elemento clave en la estructura liberadora, podríamos leer este artículo sobre las características de las invitaciones poderosas para las estructuras liberadoras.