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La comunicación es un proceso de interacción en el que se produce un intercambio de sentimientos, información, ideas, emociones, conocimiento y todo lo que conlleva la trasmisión de un mensaje que necesita ser retroalimentado. La mayor dificultad de la comunicación es pensar que es fácil. Comprender los procesos de comunicación implica ser mucho más minucioso y elaborado que solo articular los mensajes. La comunicación eficaz es aquella que establece una conexión de doble vía, la cual siempre tendrá una conducta de reciprocidad y respeto para con los demás.
La asertividad es la capacidad de expresar las opiniones, los sentimientos, las actitudes y los deseos, y reclamar los propios derechos, en el momento adecuado, sin ansiedad excesiva, y de una manera que no afecte a los derechos de los demás. La asertividad se relaciona con una interlocución saludable y una personalidad con buena autoestima.
Las personas asertivas (1) dicen lo que piensan, son capaces de dar a conocer sus sentimientos y pensamientos de manera clara, sin temores ni presiones, (2) solicitan los recursos que necesitan, (3) manifiestan sus deseos y sentimientos, (4) no agreden ni dejan que las agredan o manipulen, (5) tampoco permiten que tomen decisiones ajenas a su voluntad, (6) saben transmitir confianza y puede ser sincera sin agredir a su interlocutor.
Pero si nos encontramos sin suficientemente asertividad, es una cuestión de esfuerzo: podemos aumentar nuestra asertividad, pedir lo que necesitamos y conseguir lo que queremos, sin dejar de ser nosotr@ mism@s.
Algunas claves de la asertividad:
- Comienza con algo pequeño, comienza con situaciones de bajo riesgo.
- Empieza a sentirte cómodo diciendo «no». Es posible ser firme y decidido con el NO, sin dejar de ser considerado
- Sé simple y directo
- Utiliza el “yo”. Hazlo siempre en primera persona.
- No te disculpes por expresar una necesidad o deseo. Ser asertivo es comunicar.
- Utiliza el lenguaje corporal y el tono de voz
- Da motivos, pero no tienes por qué justificar o explicar continuamente tu opinión
- Sé persistente
- Mantén la calma
- Elije tus batallas
Aprender a expresar nuestras opiniones, y lo más importante, a respetar la validez de esas opiniones y deseos, nos convertirá en una persona con mayor confianza. El resultado de una acción asertiva puede llevarnos a conseguir exactamente lo que queremos, o quizás un compromiso, o tal vez un rechazo, pero independientemente del resultado, dará lugar a que nos sintamos más cerca de controlar nuestra propia vida.Ya anteriormente en un post, encontramos estrategias para cambiar nuestra conducta para mejorar nuestra asertividad
La asertividad y la escucha activa no son conceptos contrapuestos. Debemos ser asertivos mientras practicamos la escucha activa y, por otra parte, una asertividad basada en la escucha activa suele ser más eficaz. Cuando nos encontremos ante afirmaciones, ataques o peticiones que no podamos hacer frente, debemos comunicárlo claramente, honestamente y con el máximo respeto.
En un post anterior La asertividad, clave para nuestra comunicación, exploramos (1) comportamientos, (2) conductas o (3) acciones objetivas orientadas a la asertividad.
Pero mejorar la capacidad asertiva requiere cambiar primero la forma de pensar. Necesitamos deshacernos de las limitaciones que en forma de creencias incorrectas o distorsionadas nos impiden ser asertivos. Así algunas sugerencias para que nuestra forma de pensar ayude a aumentar nuestra capacidad asertiva, en lugar de limitarla: límites claros, asunción de responsabilidades, comunicación, responsabilidad propia.
- Establece límites claros. Los límites son las reglas que cada cual se crea para sí mismo. Hay una serie de límites que no son negociables.
- Asume la responsabilidad de tus propios problemas.
- Comunicación: No esperes a que la gente lea tu mente: (1) Si queremos algo digámoslo, si algo nos molesta, hablemos, comuniquemos. (2) Nunca asumamos que la gente conoce todas nuestras necesidades o deseos.
- No eres responsable de cómo se sienten o se comportan los demás. Las personas pasivas y las agresivas comparten un problema similar: ambas se creen responsables de cómo se sienten o se comportan los demás, aunque de manera diferente.
(a) La persona agresiva asume la responsabilidad de la conducta y las emociones de los demás, ejerciendo su voluntad a través de la fuerza física, mental o emocional.
(b) El sujeto pasivo sin embargo asume la responsabilidad de la conducta de los demás doblegando constantemente su voluntad a la voluntad de otros.
(c) La persona asertiva reconoce que no es su misión controlar o preocuparse por el comportamiento de los demás y que la persona asertiva es sólo responsable de la forma en que se comporta y se siente.
- Eres responsable de las consecuencias de tus palabras y acciones.
Con un toque de magia no aumentaremos nuestra asertividad: La asertividad requiere tiempo y práctica.
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